lunes, 27 de julio de 2015

Tierras de Entresierras. Un sillón en la sabana

Me levanto temprano, voy al palomar. Hace años que ya no hay palomas mensajeras, desde que murió el "Lotas". Ni mensajeras ni discretas.
Allí tengo un rincón donde me siento como un marqués en ese sillón cojo pero seguro que me dio la tía Merce, también difunta.
Me inspiro y transpiro tras la corta noche bajo las estrellas. Dormí por cierto de un tirón. Poco pero intenso. Guardo en una petaquita fresca aguardiente y me espabilo.
Fue grata mi sorpresa al encontrar tan pronto lo que buscaba: un plan estatal del periodo "desarrollista" datado en 1965 y que me encontré arumbado en un cuartucho de la casa de los guardas en San Andrés de Piqueras veinte años más tarde, cuando hacía la sustitución del guarda de San Andrés. Con dicho plan los ingenieros tecnócratas del franquismo asestaron el golpe mortal a las Tierras Altas de San Pedro Manrique y Yanguas.
Armejún en 1960 ya sólo contaba con 57 almas sorianas y puras... Y curiosamente ese año hubo un virtuoso nacimiento en el pueblo (probablemente el último) al que tan sólo se podía acceder por camino de herradura. Ese año no  hubo ningún fallecido. Las tierras del común no tardaron en ser expropiadas para acometer una megareconversión forestal del territorio.
Nadie protestó ¡quién iba a protestar en esos tiempos!! Total, ya habían empezado a marcharse para trabajar en la pujante industria del valle. El agónico proceso del despoblamiento se aceleró. Nada de lo prometido en el referido plan se cumplió, más allá de la desposesión de la tierra y la reconversión de su uso. La sangría demográfica dejó sin habitantes a la mayor parte de pueblos, sólo algunos recalcitrantes resistieron hasta finales de los años 70 y principios de los 80, vencidos por la bilogía y coincidiendo con los "neorrurales pioneros" que empezaron a aparecer y desaparecer, básicamente hippyes cuya trayectoria raramente sobrepasaba el invierno.
Querían concentrar toda la población en seis núcleos de población funcionales. Ni eso se cumplió. San Pedro aguantó pero Yanguas agoniza.
En realidad todo esto fue un pantano más de los muchos que se hicieron en la época: la inundación no fue por el agua, sino por los pinos: un mar de pinos cubrió sus laderas y sus mejores pastos, allí donde antes se sembraban cereales de estirpe y las merinas campaban a sus anchas...


Al amanecer en Valverde empecé a cavilar sobre las palabras con poder (continuará) Las palabras no sólo tienen poder, también tienen carga.
Un ejemplo. Cuando nos tildan de radicales ¿qué quieren decir con radicales? No es ninguna caricia. El poder usa las palabras y luego se popularizan con una denotación nueva. Ya decía en conversaciones públicas y privadas que "radical" viene de raíz, del centro de la cosa, no del extremo ni de las hojas.
No me siento extremista y la autoridad hay que ganársela

Estrella de circo 1


Estrella de circo 2
Dejamos atrás la sabana donde me encontré a dos herbívoros viajeros que acompañaban al circo de tercera que decidió descansar en la "Entresierra" Quise también ser yo un animal de circo nómada. Cosechar los cálidos aplausos del público infantil con mi espectáculo musical...

Animal de circo 3

5 comentarios:

  1. Me gusta ese turismo de micro masas

    ResponderEliminar
  2. Me falta un buen plan de repoblación jejejeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Alfred. Te lo aseguro, estás muy capacitado para la repoblación. En el caso de la rural, solo te falta "masa crítica". Otro día te contaré cómo llegaban las cartas a estos confines.

      Eliminar
  3. muy bonito lucas, gran reflejo del pasado

    ResponderEliminar