jueves, 8 de marzo de 2012

LSD-4

Me encuentro con pp, galeno nuevo de la tierra guijuelense. Pasa consulta por las tardes de los jueves. Van a por un paciente mayor que se ha caído, se ha lastimado una muñeca. Tras el examen y primera cura, creen conveniente que vaya al hospital de zona, para lo cual se avisa a una ambulancia. Tiene que esperar y dice que nones, que no pueden retenerle en contra de su voluntad. Y se fuga. Hemos tenido, cuando ha venido la ambulancia, que irle a buscar al centro de mayores. Hoy es día estelar y juegan al bingo, 10 céntimos el cartón. No quería perderse de ninguna manera la cita semanal con el juego. Sólo la veterana enfermera -muy persuasiva- ha conseguido convencerle ¡Cómo se agarraba al cartón el jodío! Yo creo que estaba algo ido, me ha maravillado su impotente acto de rebeldía

2 comentarios:

  1. Impotente o imponente? Por el resultado final sría lo primero, claro. Y qué le cuesta a la ambulancia ir hasta el bingo a recogerlo, hizo bien el paisano. Todo el mundo anda acogotao cuando llega al hospital y cualquier mandilón blanco parece el del primo de dios padre o el del zumosol.

    ...salíii, tras tiii clamaaaandoo
    y eeraas ííiiiidoo...

    Abraçades, enfermerona!

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  2. No fue imponente porque no se impuso, a su pesar; fue impotente porque su acto de rebeldía no le libró de que le llevaran al hospital. Eso sí, consiguió que la ambulancia se presentará en el templo de la tercera edad a buscarle... Yo le dejé marchar pero pudo más la bingopatía. Te imaginas los batones irrumpiendo en la sala de los cartones. Me dio pena, la verdad

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