Estoy embobado con el escrutinio final.
Aunque el pescao estaba todo pescao se podían y se pueden sacar provechosas enseñanzas.
No soy agorero, creo, y me he desentendido del fragor electoral durante toda la jornada.
Una vez que voté esta mañana temprano me sentí aliviado, lo mismo que hago cuando me levanto (en casita) y tiro después de la cadena.
Después de votar me leí la prensa en Los Portales y en esto que veo a "El Chuli" (del que ya hablé en otra ocasión) muy caro de ver por el ágora, que me dijo que no vota, como buen y orgulloso anarquista que es, aunque sea capaz de llevar una empresa (cosa meritoria, sin duda, desde hace 20 años).
Le acompañé a su casa, me invité a tomar café y hablamos de otras cosas que no vienen al caso.
Tras ello me fui a la huerta, que es seguir ese camino, y allí pasé el resto de la mañana, más feliz que unas pascuas. El día había salido escurrido, tras el aguacero de ayer.
Por la tarde, luego, tuve larga tertulia con mi tertuliano de cabecera, ángel duradero y pertinaz que, con la misma persistencia de siempre, defendía el sentido y la sustancia de su voto útil, o sea, del voto inútil, a juzgar por los pésimos resultados cosechados por el partido gobernante.
En realidad esto, aunque hablamos de Política como solemos hacer, no ocupó el centro de nuestra conversación, sino que fue pretexto para filosofar y sociologar. Por supuesto, a estas alturas no intentamos convencernos el uno al otro y sí, en cambio, nos permite modular, ampliar o corregir nuestras teorías. De unas cosas pasamos a otras... En fin, lo dejamos en Grecia y en la intervención de la víspera de MM.
el rey de la retranca |
Decía que no soy agorero, porque no tenía ningún sentido defender el voto útil en las actuales circunstancias tan desfavorables para el PSOE, como si esa postura utilitaria fuera a cambiar mucho las cosas... No me ha sorprendido en absoluto su debacle, ni tampoco, lógicamente, el triunfo del PP, algo cantado y que, como bien es sabido en las victorias electorales, se deben más a los errores y desaciertos del que pierde, y no a los aciertos o méritos del que gana. Sólo faltaba saber la magnitud de la derrota en los primeros y la del éxito en los segundos.
Cuando volvía a casa después de la tertulia, coincidiendo con el cierre de las urnas me encontré en el portal de una taberna (porque fumaban) con un tercer amigo, políticamente no significante, al menos para mí, que me preguntó por mi opinión, mejor dicho, por mi predicción de los resultados. No sé por qué me preguntó tal cosa, si estima mi opinión o por el simple hecho de que hacía una porra, en esos momentos, junto a sus comparsas. Lo cierto es, lo juro por la internacional, que con mis no contrastadas dotes de adivino le pronostiqué los resultados: 110/185. Ahora, con el escrutinio final, he podido comprobar que prácticamente he acertado, que sólo me he equivocado en uno, de menos, para el PP. ¡Qué lástima que no me metiera en la porra! Pero voy ahora a lo que me interesa... la tercera fuerza política nacional, apeada del poder ya en el diseño constitucional del 78.
cordobés |
Si estuviéramos en un sistema de circunscripción única, apropiado creo yo para unas elecciones generales como estas, los resultados no hubieran sido de 11 diputados cosechados, sino de 25, conforme a los 6,92 % de votos. Con el mismo supuesto para los partidos mayoritarios los resultados habrían sido atemperados: 102, en lugar de 110, para el PSOE; y 158, en lugar de 185, para el PP.
En cualquier caso, muy alejado del techo alcanzado con 23 diputados del PCE de Carrillo en 1979 y del "anguitazo" de 1996, cuando la coalición obtuvo 21 diputados (con el 10,5 % de votos) y el pobre cordobés amenazaba con el "sorpasso" por la izquierda. Creo que esto le llevaba los demonios al arrogante Sr. Gonzalez y que fue la espinita más grande clavada, junto con la del GAL (que se nos olvida) Como es sabido, uno y otro se odian. No es lo mismo que la relación González-Aznar, que sencillamente se desprecian.
Haciendo una reducción simple de la cuotas de estas opciones electorales históricas, no cuento con UPyD, que también soporta la inucua losa, ni tampoco con el caso contrario de los nacionalistas catalanes de CiU, que salen muy beneficiados; resulta que por cada votante de IU hay 4 votantes del PSOE y algo más de 6 votantes del PP. El peso en escaños, sin embargo, es mucho más caro para los partidos minoritarios no nacionalistas que para el bipartidismo rampante, beneficiados por el sistema.
Juntos, empero, tampoco lograrían desbancar al PP, tal es su comodísima mayoría absoluta, ganada a pulso por los indudables méritos de ZP y no por los de mariano (en minúscula, aposta) que no ha tenido que bajarse siquiera de la hamaca, esperando a que el fruto maduro cayera y por más que haya mejorado su retranca y su tipo "galleguillo-depende"
Eso sí, ha seguido que sepamos con disciplina los sabios consejos del guapo actual del PP, el Sr. Moragas, a la sazón su guardia de corps y al parecer ministable:
¡Hágame caso don mariano,
póngase recio como Lara
y córrase por la mañana,
sea tarde, mejor que temprano!!