jueves, 10 de mayo de 2012

Ban... Kia! Bandidos Su-Ministro S.L.

Seré breve porque es muy evidente lo que pasa, lo que nos va a pasar y nos seguirá pasando...
Esta gente está decidida a matarnos de hambre, eso se ve. No podemos esperar ya nada de los banderilleros, aparte del circo. Cuando los bárbaros estaban a las puertas de Roma el pueblo seguía gritando porque lo que quería era circo...
Como dije, venían con el estoque decididos a matar y lo van a lograr en tiempo récord, sin esperar a que ganemos la Eurocopa en Ukraína. Mientras no nos empoderemos, nos irán suministrando dosis homeopáticas cada viernes de dolores. 
Abogo ya directamente por la soberanía alimentaria, como decía uno de Aldeanueva.
El otro día me pasaron una graciosa imagen de la bicha que podría ser Ban...kia! pero no, cielos, era del botín del Cantábrico, que no era bonito ni tampoco atún. Allí donde esté el dinero está la mierda y donde está la mierda la política que va de su mano se embadurna seguro. Es la mano que mece su cuna.
No hablamos de un producto foráneo, no, no es un hijo de Goldman Sach, no, aunque los tiene de oro. Es de los nuestros: hablamos de un hijo del chotis, socio del Madrí, era tan brillante que Josemari ya no lo quiso y lo mando para el FMI. retiro dorado. ¡Y jodé, cómo aprendió!
Prefería, chema, a un Claudio gallego.
Sr. Rodri-Noooo!


Demonio cantábrico
















Ya sabemos que entre la economía y la política funciona una puerta giratoria muy bien lubricada. Cuando estoy arreglo, cuando salga me pagas sino me he cobrado yo.
Estamos ante un caso palmario, es el del Sr. Rato, Rodrigo, que no conforme con  Washington , se vino a Sodoma, a prepararnos unos bocatas de ladrillo a la madrileña. Pero estos bocatas, ¡qué reduros e indigestos están! No preocuparse, coman ladrillos, los pagaremos todos detrayéndolo de las estratégicas partidas de la educación, la sanidad, de la I + D, la SGAE, poca cosa, total, el suministro es Su-ministro. 
Este chico de Vivar estaba llamado a la Moncloa.

Quizá todavía le dé tiempo a volver con la frente marchita, las nieves del tiempo (haciendo caja) platean su sien.