jueves, 14 de diciembre de 2017

Verônica, chicuelina o puerta gallola


Hablando de toros con un maestro en el arte de C{uchares -Rom{an, el niño de Las Casas- versado tambi{en la teor{ia econ{omica de Keynes...
Es cierto lo que dice de la realidad brit{anica, pero la española no es mejor, mas bien peor, puesto que nuestros j{ovenes cualificados no se ir{ian a Londres a fregar platos para vivir peor. El sistema keynesiano de posguerra se fue al garete por la propia deriva del capitalismo neoliberal. El ascensor social de Keynes es ahora un descensor, un descensor muy r{apido. Nunca he entendido por qu{e hemos sido tan optimistas con este invento que evita las escaleras y solo lo invoca en la funci{on de subida.
Nuestro sistema económico no pretendía suprimir la movilidad social de la clase trabajadora, pero lo ha hechoEsta posibilidad es ahora tan lejana que hasta las promesas laboristas a la clase trabajadora de posguerra parecen prácticamente…


Podr{ia decir m{as y señalarme como vivo ejemplo, para no tirar la piedra mucho m{as lejos. Mis padres, con su esfuerzo, alcanzaron una alta cualificaci{on y creo que fueron ¨premiados¨ por ello: subieron en el ascensor. Este menda, con su esfuerzo, pero partiendo de posiciones mas ventajosas que otros cuyos padres no hab{ian alcanzado esa alta cualificaci{on, no ha hecho m{as que descender por ese ascensor virtuoso que condena al subempleo y la precariedad. Y que creo que ya va por dos generaciones. Ser{a por la falta de pericia en el mercado laboral de las legiones deformadas o porque el mercado laboral as{i lo establece para los uniformados. Prefiero Portugal