jueves, 31 de marzo de 2016

La viña devastada por los jabalíes 2

Garranzo, sine copulo sine populo
El santorrostro, la común salamanquesa, no es originario de Salamanca como podría parecer, sino al parecer magrebí: Tarentola Mauritánica. Es un ser realmente admirable por su porte sáurico, su plena indolencia, su magia contemplativa.

Parque Güell, Barcelona
Hijo al parecer de una cueva nigromante, audaz escalador, este reptil dotado de pies ventosa es portento de natura. Capaz de burlarse de la gravedad se encarama en el rincón más obtuso de la casa, del muro, del árbol. Te observa con sus ojos camaleónicos, se hace príncipe de la noche.
Lo veo sesteando por las paredes que fueron recalentadas por el sol inclemente de la jornada. Se regocija como un animal victorioso que ha sobrevivido a todas las plagas de la Tierra. Noctámbulo impenitente que de día se esconde en los más íntimos recovecos, se encomienda a las estrellas que adora y habla de tú a tú a la luna con misteriosos aullidos apenas audibles, mientras copula. Saurio asaz silencioso, impasible mientras pasea triunfal, es claro ejemplo de la sagacidad de su raza.

árbol prodigioso, con fruto fermentado
¿No han reparado Vds. en la chulería cínica de este increíble animal?  Creo que le echaré de menos cuando el invierno le aletargue y se esconda. Diría que es una reliquia de la era prediluviana o mercurial, antes del nacimiento de los dioses caídos, de los hombres colonizadores y las ortigas que pueblan los despoblados.

Pasábamos así la noche insomnes, penetrados por la lírica de la soledad en el deshabitado pueblo. Las avispas me habían picado en el cordel de ganados.
Me dije:
-Esta si es una criatura iluminada, no tiene que mearse encima como he tenido que hacer yo para aplacarme el dolor en barro.

-Ha llegado a ser un YO completo.

Yo, el santorrostro:
-Vengo a saber lo que os conviene, lo que os pasa, viéndoos tan afanosos en el fango de vuestro inútil bregar mundano...
Muy a lo lejos se atisban otros pueblos, seguramente otras pasiones, con sus lucecitas que parapadean graciosos, los pueblos: algunos deben estar en fiestas ferragostanas (lo digo por algún cohete, que a Modesto le llevó la mano) Tan terrestres y al mismo tiempo tan celestes, desde nuestro pueblo “Alzado de la ruina” como dijo el poeta maldito salmantino Aníbal Núñez, poco antes de morir...
Los poetas no se suicidan tan solo porque les refuten un dato. 
La pasión de la verdad -en verdad- es un ejercicio hiperestésico, una ironía del destino que coloca al hombre temblando debajo de una bóveda inmensa que le fagocita (por eso tembló mi padre). Al cabo, nos pregunta este santorrostro ¿Quién es este bípedo insalubre que tanto quiere saber? ¿Y para qué saber tanto?
No hay nada que saber. El último, que tire de la cadena.
El último que tire de la cadena
¿Queremos ser visibles o permanecer en la invisibilidad? ¿Destacar o pasar de puntillas por el mundo? ¿Rebeldes o normales?
Desde luego, podrían ser las cosas más sencillas, al menos pacíficas, pero no, no, Marx no leyó a Holderlin, Holderlin no leyó a Marx, Marx no le hizo ni puto caso a Bakunin. Y ninguno conoció la virtualidad de las realidades.
¿Cómo podemos conformarnos como seres gregarios desde esta profunda soledad, criatura primorosa?
Uno creía que se podía cambiar el mundo, hasta luchaba por ello; el otro, que había que cambiar al hombre, sin mirarse a sí mismo. ¿Pero quién pensaba que la verdad NO era esto?
¿Fracasó el mundo? ¿fracasó el hombre? Fracasaron los dos.
El optimista, como sabemos, está muy mal informado; el pesimista, como dijo Saramago, es el único interesado en cambiar el mundo, porque los anteriores están encantados con lo que hay. ¡¡Pero si ni siquiera te ves el culo!!

Bueno, para acabar, Ciorán lo resumió mejor que nadie:
“El hecho de que la vida no tenga ningún sentido es una razón para vivir, la única, en realidad”

Reditado hoy, 1 de abril de 2016, en su primera versión aparecido en Ambroz Información en agosto de 2011