Sólo de lo negado canta el hombre, sólo de lo perdido
Sólo de la añoranza, siempre de lo mismo
Cuando cerró para siempre el huerto, la cancela de espino,
entonces se inventó la queja de la lira, la flauta del suspiro.
Oooh!
Y desde entonces sólo canta en su torre el cautivo,
a su rueca la esclava, el desterrado en el navío.
De la jaula aletea y sangra el pájaro desconocido,
salir quiere y no puede, su jaula es el mismo.
Oooh!
Y por es el minero canta, por un sol de oro limpio
Canta el pobre, la pena canta, no canta el rico.
Entre las piernas de la amiga, vida busca el amigo
y se encuentra con un tesoro de verdes ojos fríos.
Oooh!
Y así es como canta el hombre por su niño antiguo,
y la boca sin pan y sin besos y el cielo vacío,
siempre la añoranza de lo negado, de lo perdido,
siempre de lo de otro, nunca de lo mío.
Oooh!