LSD. La etapa democrática en el sector de la salud pública llega a su fin.
Han
sido cuatro intensos meses, 4, de fructífero intercambio sanitario con
la comunidad a la que sirvo.
Si, he dicho bien, a la que sirvo. Y esto
me place, servir. Antes desempeñé muchos y variados trabajos, a menudo cualificados (sic) sin vocación de servicio pero pocas veces sentí la satisfacción de estar haciendo un servicio valioso de "verdad" como ahora. Me pasó también -de lo cual guardo muy grato recuerdo- con la cartería rural y también en diferentes campañas agrícolas: vendimias en el midi francés, manzana en las vegas del Segre, almendra en las piezas de Angel el vasco, cereza en los valles del Jerte y Ambroz y hasta patatas y repollos en koljoz universitario de las tierras negras de la Rusia meridional. Tierras del Don, del Don apacible -Shólojov-
Tierra virgen -Turgueniev- en el sector de la salud. He aprendido mucho y me jode no poder continuar, ahora cuando uno realmente empezaba a ser productivo y vivía en el romance con la comunidad. Te conocen, das confianza, escuchas, tranquilizas... cuando llegan al médico ya están sedados.
Se imponen los recortes del chamán
De modo que tendré que adaptarme al sector privado para seguir ejerciendo esta descubierta magistratura, humilde consultoría de la salud. He podido comprobar que los PAC son un coladero de casos que no son urgentes, donde las personas son mejor atendidas sin las premuras ni las "urgecias" de la atención primaria. Es curioso, al revés. Y cuando no se puede se mandan al hospital.
chamániko venado |