lunes, 31 de octubre de 2011

Veranillo de San Martín



Salchichón ibérico



San Martín de Tours, nacido húngaro en el S.IV, fue soldado en las legiones de Juliano el Apóstata antes que obispo.  Es el santo que partió la capa para vestir a un mendigo, con lo que los dos quedaron con el culo al aire. Un prodigio divino hizo subir la temperatura para echar una mano, no al culo, sino a las hemicapas.

El veranillo se refiere a los tres o cuatro días de sol que suelen disfrutarse en torno al 11 de noviembre, festividad del santo. Soplan vientos calientes del sur, los Castañe(i)ros, que terminan de limpiar de castañas y hojas a los árboles.
Pasada esa corta bonanza empieza el frío, las heladas y nieves ocasionales.

Y con el frío comienza también la matanza del marrano, porque es un elemento vital para la curación de la carne. Por eso Martín es también patrono de las matanzas.

Pero aquí es preciso hacer una salvedad importante. En Zamora, León, zonas de Palencia, de Asturias y en Galicia, todo el noroeste de la Penénsula y sospecho que en tiempos anteriores en más lugares, se festejaba a otro Martín, San Martino y Martiño, santo leonés del XIII que se celebra el 12 de enero, cuando ya las nevadas y heladas han blanquedo y endurecido suficientemente el paisaje y el terreno. Allí son más frecuentes las matanzas en diciembre o enero.
De hecho el refrán que todos conocemos es diferente, A todo gorrino le llega su San Martino/San Martiño, se dice. Y se sigue llamando el Sanmartino/iño a toda esa labor tradicional cada día más rara.
Sin embargo en Asturias el refrán recoge también la del santo de Tours,  A tou gochín llégai el so Samartín.

Las variantes regionales y locales son muchas.  A cada gorrín le llega su San Martín lo traducen los ingleses por, To meet one´s Waterloo, donde también los compatriotas del de Tours tuvieron mucha sangre que embutir.

Salud y calor.

Ramiro.