Etiquetas
Geolukia
(129)
Geologuias
(67)
Geomusika
(64)
Georepúblika
(60)
Epistolas
(49)
Geofisika
(44)
Geopoesia
(44)
Geofotia
(38)
FRANCIA
(30)
Geogracia
(28)
GEORELATO
(25)
Geopolítika
(20)
Geovideo
(19)
Geotermias
(18)
Geomancias
(16)
LSD
(16)
Elleniko dossier
(15)
Literatura española
(14)
ASI NO PODEMOS SEGUIR
(13)
A soplagaitas
(12)
GeoKinematografía
(12)
Geoguías
(12)
GeoKavkaz
(10)
Geopaideía
(10)
Literatura rusa
(10)
Andanzas de estío
(9)
PADRE
(7)
Geofonías
(6)
Geociencia
(5)
Geokalendas
(5)
EROTIKO
(4)
Geoanarkia
(4)
Paromia
(4)
Plagio
(4)
Letras impúbicas
(3)
Literatura americana
(2)
Literatura inglesa
(2)
Literatura griega
(1)
Literatura portuguesa
(1)
domingo, 27 de mayo de 2012
Pedro Garcia Olivo, la paciencia de los locos
Curioso y excitante tipo, PGO, Pedro García Olivo, tan puro, tan arrinconao en sus ideas anti-pedagógicas que se marchó a Ademuz, el más famoso rincón de la tierra valenciana. Tengo una amiga ademuziana que lo ha conocido, no sé si bíblicamente pero me recomendó que fuera a su conferencia, en el marco de las Jornadas de Educación Libre, de Hervás, 25-27 mayo de 2012. Allí estaba este menda.
Y yo me pregunto: ¿A este hombre, no le sigue un policía de la seguridad del Estado? Sus ideas son más peligrosas que el programa nuclear de Irán para Israel. He tomado un extracto al azar (el 6/13) de una conferencia reciente, creo que en Castellón. Alguna de sus ideas disolventes las escuché ayer. Son un cóctel demoledor -destroyer- que llevadas al extremo en su opción individual (creo que es la suya) le llevarían al suicidio.
El poder, en realidad, está en la vida. Ya lo decía Foucauld.
Llegamos, pues, al camino de regresión. Le pedí un manual de desaprender. Lógicamente, no hay manual... y me soltó el sambenito de apropiación leninista.
No me ofendí porque tampoco quería ofenderme. Comprender el sentido del humor es un signo de inteligencia. Vale, somo inteligentes
Había un buen rollo en la sala, el aforo -completo- en gran medida compuesto por lo que se ha venido en llamar ahora perroflautas, mujeres amamantando, sandalias y maestros resentidos. Creo que yo era de los mayores, aunque había mayores que yo (resentidos).
Su planteamiento ácrata venía acompañado de un chorro de citas afortunadas; ójala que el público pudiera tener tiempo y voluntad para leer a los clásicos antes de llegar a las vanguardías literarias. De forma conclusa, advertí, que alentaba un camino irremediable de regreso a los origenes, los origenes de lo que identifico con un No-Estado. Puede ser una comunidad indígena, un pueblo nómada pastoril o romero, una raza obstinada como la gitana, etc... En nuestra sociedad moderna se podría experimentar con una comunidad rural en la vanguardía de un mundo nuevo o naciente, pero acaso no acabaríamos conducidos por el sendero de las teorías eugenésicas fallidas relatadas claramente por PGO (fascismo, comunismo, democracia)...
Pero ¡Válagame Dios! ¿Cómo todos estos perroflaúticos (dicho con todo el cariño, yo me adscribo aeste colectivo) hijos díscolos de la ciudad, por tanto burgueses, pueden construir con su inasequible bagaje urbano, no desaprendido por cierto, un mundo nuevo de hombres libres?. Les/nos faltan lecciones, no sé si de pedagogía blanca o negra, pero desde luego lecciones importantes pra comprender el entorno que les/nos rodea.
Hay una o dos cosas fundamentales que se han perdido en nuestras sociedades posindustriales, quizá en tan sólo una o dos generaciones. Hablo primero del conocimiento del funcionamiento real de la naturaleza, a la que hay que asirse, y del mismo modo la cultura, la vida tradicional asociada a lo anterior. Debemos conocer lo que viene de antes, nada de lo anterior fueron ocurrencias. Y en segundo lugar hablo de la conciencia humana, la conciencia humana es antigua, no es una invención actual de los libros de autoayuda. La codicia del hombre ha roto vínculos muy importantes.
Le rezongué: Pasemos pues del cosmopolitismo burgués al cosmopaletismo revolucionario.
(¿No fue acaso la ciudad la que nos dio este remedo de libertad que tenemos?)
Creo que esto ya nadie lo escuchó.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)