lunes, 20 de febrero de 2012

Razón de ser

Los hechos acusan, los resultados excusan. Maquiavelo

Hubo un punto limpio que era sucio, ahora está "provisionalmente" sellado. No sabemos por cuánto tiempo, algo es algo o fue por casualidad. Quizá sea eso todo lo que hayamos conseguido en este ¨punto¨. Parece que de momento no tiene sentido seguir por esta vía habiendo como hay tantos frentes abiertos en la república y tanto para elegir... Otro frente, novedoso y propositivo, era el órgano de información del movimiento, el boletín puesto en la plaza a la vista de todos, que llegó a sacar !bravo! el número 0. Aquel primero era ejemplo de denuncia, este último una apuesta por el debate y la información pública en el ágora. Parecía prometedora tal estrategia no sólo porque hay muchas cosas que denunciar o vindicar, sino por que hay que hacerlas transparentes y conocidas. En ese preciso momento el poder municipal jugaba a la participación.
Pero el más importante de los frentes, acaso urgente, y en cualquier caso no resuelto, es el que concierne al frente interno, ese que nos hace configuramos como algo. Su propia razón de ser y su sentido. ¿Qué somos y que queremos ser o no ser? Y a nadie hay que pedirle responsabilidades en esto sino es a nosotros mismos. ¿De qué sirve apostar por algo si la apuesta luego va vacía? ¿Vamos a ser igual que los que nos manejan envolviendo las cosas con juegos artificiales  para luego echarlas al pozo del olvido?
Hablo claramente de grupos y/o personas que en principio nos sentíamos adheridos a eso que se llamó el 15M y, en concreto en nuestra república, Hervás Toma la Plaza (HTP) Esa informal masa crítica prometedora de ilusiones pero difusa en sus propósitos, voluntarista pero inconexa, que pulula por aquí y por allá, que felizmente se cruza y entrecruza y que con la misma providencia se evapora sin dejar rastro.
Como hemos podido darnos cuenta tras el último intento de confluencia, precedido de dos anteriores prenavideños, ello nos demostró algo fundamental y recurrente cual es la incapacidad para autoconvocarnos con solvencia y la extrema debilidad de proyecto para, si se quiere, proseguir con una articulación consecuente.
Si un movimiento no es capaz de generar algo tan básico -autoconvocatoria solvente, articulación consecuente- es que tiene un problema serio de identidad.
¿Será porque faltan razones?
 -No lo creo, sobran.
¿Será por las personas, por las filias y las fobias y nuestra demostrada naturaleza inconsistente?
-No lo sé, aunque bien lo pareciere.
¿Será porque es más cómodo y satisfactorio estar instalado cada cual en su rollito de consumo interno?
 -Puede ser, porque lo parece...
En fin, comparto estas reflexione y otras, como prueba de abierta camaradería, no sé si compromiso y, bien seguro, como elemento de autocrítica que nos ayude a alumbrar algo positivo en el sendero necesario de confluencia. Por lo demás, solo espero las señales de humo del fuego que se avecina, el cielo no será complaciente con nosotros, esclavos como somos de la modernidad. 
Un abrazo.