aficionado del barça |
Mario Draghi, director del BCE |
¡Pobre diosa, mancillada tan vilmente por los fanáticos del balompié y su cohorte de banderilleros! Estos últimos, los elegidos por la ciudadanía inconsciente, no vienen con banderillas sino con el estoque, directos pa matá!!
Para los motivos de justo júbilo de la plebe somos -habría que decir los que nos gobiernan- muy condescendientes y comprensivos, porque la masa de precarios y desempleados necesita no obstante una válvula de escape. Tales eventos gozan de la máxima repercusión y todo tipo de facilidades logísticas, alfombra roja para los héroes, no reparación en gastos ni en fastos, ofrecimientos a la Almudena, balcones institucionales....
Los clubes de fútbol no sólamente son perdonados de las deudas que mantienen con el fisco (que somos todos, como bien es sabido) sino que sus fiestas las tenemos que pagar y aplaudir también todos. Semejante insulto sólo es comparable con lo que pasa con la Iglesia y anónimos defraudadores de alto copete.
Finalmente sólo nos queda decir ¡Viva la España cañí y de pandereta! La España devota de Frascuelo y de María y dar las gracias a aquellos que nos gobiernan por las gracias que nos conceden... Pan y circo, aunque lo primero se está poniendo bastante chungo...
Vamos a hacer ahora una suposición, que es la que justifica la entrada.
Si la liga la hubiera ganado el Barça, en territorio periférico pero notablemente nacionalista como es Cataluña, y ello coincidiendo con la visita del Sr. Draghi del BCE a la ciudad condal, se hubiera producido una extraña coincidencia fenoménica. Pajín, aquella brillante ministra ¿qué hubiera dicho ante tal acontecimiento hitórico de magnitud planetaria (Guardiola-Draghi)? y la Carme Chacón, otra ministra reconocida culé ¿qué habría hecho? ¿se le ocurriría mandarnos a la Acorazada Brunete con las enseñas de UNICEF para proteger y marcializar el fasto?
La reflexión es la siguiente:
Si la liga la hubiera ganado el Barça, en territorio periférico pero notablemente nacionalista como es Cataluña, y ello coincidiendo con la visita del Sr. Draghi del BCE a la ciudad condal, se hubiera producido una extraña coincidencia fenoménica. Pajín, aquella brillante ministra ¿qué hubiera dicho ante tal acontecimiento hitórico de magnitud planetaria (Guardiola-Draghi)? y la Carme Chacón, otra ministra reconocida culé ¿qué habría hecho? ¿se le ocurriría mandarnos a la Acorazada Brunete con las enseñas de UNICEF para proteger y marcializar el fasto?
La reflexión es la siguiente:
Hay muchos aficionados al fútbol interplanetario que son del Barça.
Hay muchos indignados interplanetarios que quieren mostrar su repulsa a la política del BCE y a su cónclave de Barcelona, que lo son también.
Las manifestaciones de júbilo por ambas razones pueden ser consideradas semejantes o coincidentes, como hemos dicho.
Las manifestaciones de júbilo por ambas razones pueden ser consideradas semejantes o coincidentes, como hemos dicho.
Entonces, hubieramos podido observar en tiempo real cómo se gestionan ambos eventos y qué relevancia adquieren.
Por una parte, los manifestantes con el corazón dividido ante ambos eventos, y por otra, el tratamiento mediático e institucional que les hubiera deparado todo aquello que se proyecta en el cuerpo social.
Por una parte, los manifestantes con el corazón dividido ante ambos eventos, y por otra, el tratamiento mediático e institucional que les hubiera deparado todo aquello que se proyecta en el cuerpo social.
Un manifestante desgañitado, enarbolando una bandera, subido a una farola de la Rambla (la bandera puede ser tanto del Barça como con la A de antisistema, o incluso ambas) puede ser al mismo tiempo por las formas y por la expresión de júbilo/repulsa mostrado tanto un ciudadano ejemplar como un presunto criminal alterando la paz social
Cuando Homer Simpson sea detenido le bastará con decir visca el barça para que le suelten sin el menor desacato a la autoridad.
Cuando Homer Simpson sea detenido le bastará con decir visca el barça para que le suelten sin el menor desacato a la autoridad.