En este libro se pregunta Nelson Algren:
Por qué a menudo los perdedores se convierten en mejores seres humanos que aquellos que nunca han estado perdidos en su vida.
Por qué los hombres que han sufrido en manos de otros hombres son los que creen en la humanidad; mientras que aquellos cuya tarea ha sido simplemente adquirir y tomarlo todo sin dar nada son los que más la desprecian.
Siempre me ha interesado el mundo periférico, sus personajes son de otra pasta. El curso de sus vidas transitadas por el dolor y la injusticia son una fuente de enseñanza.
Si tienes los ojos atentos, sus pasos se cruzan con los tuyos. Sólo les tienes que mirar a los ojos y ellos te descubren a tí.
A veces pienso que si Dios existiera te miraría con sus caras. El lado salvaje es el lado humano, el más humano, y no el de la barbarie.
Recuerdo en Paris, los clochard vivían debajo del puente, a la orilla del Sena.
En Moscú, acurrucados en las bocanas del metro, por donde salía el aliento cálido del subterráneo.
En Madrid, en los bancos del parque, con las cajas de Don Simón...