Recuerda, camarada, aquellos días que nos están envejeciendo,
aquellos que han anticipado nuestra desalentada prudencia.
No llores, no maldigas, no te vuelvas airado contra tu corazón.
No era ciertamente la vida lo que se te ha escapado de las manos
como el agua, como el aire o como el fuego, dejándote en cenizas.
Era menos y más que la vida...
(Dedicado a mis amigos paulino, bailarina, tracatrá, el monje, magdalena... y alguno más)
El que acierte quién es el autor de estos versos recibirá un premio. Comentarios y/o entrdas. ¡Claro que sí!
