lunes, 14 de noviembre de 2011

Discurso maestro libertad

La lengua de las mariposas. Me gusta mucho, todavía nos falta una generación para cumplir ese sueño. Gracias Zhora

En busca de "El chuli" I

Querido X
El caso español, no sólamente moralo, es extraordinario en el movimiento revolucionario de aquella época. Ningún país se distinguió como el nuestro en la aventura anarquista.
Puedes consultar, porque es del máximo interés "El laberinto español" de Gerald Brenan.


Digo aventura pero no quiero rebajar con esto el valor de los soñadores libertarios en un mundo mejor en la tierra, y no en el cielo, como preconizaban otros.
Creo que los valores de la revolución anarquista, inspirada en las ideas de Bakunin, Kropotkin y otros (curiosamente, aristócratas rusos, enfrentados a Marx) tenían una altura moral incontestable, porque entre otras cosas se basaban en la liberación del hombre por la cultura, en el apoyo mutuo, en el naturismo originario, en el internacionalismo... ideas todas virtuosas para una sociedad utópica y armoniosa.  
Claro es, que no contaban con la propia naturaleza del hombre, no tan bondadosa, y la adversa coyuntura histórica que les tocó vivir, que fue muy jodida.
En consecuencia, se mostraban contrarios a un estado corrupto y represor, basado en el militarismo, el nacionalismo rampante, el poder de la iglesia y el caciquismo, que sometían de forma permanente a amplias capas de la sociedad española a la servidumbre y, como tú has dicho, a la ignorancia.
Así que no es de extrañar que muchos abrieran los ojos y abrazaran estas ideas que tienen mucho de mesianismo redentor. Yo aquí veo mucho paralelismo con el auténtico mensaje redentor del cristianismo. Cristo, de nacer 19 siglos después, se hubiera hecho anarquista y habría que preguntarle si acaso hubiera cogido una pistola...
Aprender a ser hombres libres era una apuesta revolucionaria, sin ambages, no podía ser de otra manera, porque atacaba los privilegios de los poderosos, no nos olvidemos, pero más que eso, porque cuestionaba de forma radical los cimientos injustos del sistema. Desde el mismo sistema, creían, no se podía atacar su raíz, por eso desconfiaban del reformismo burgués, e igualmente de la dictadura de clase preconizada por los comunistas, esbirros como se vio de otro totalitarismo antihumano.
Yo quiero saber más de esta historia y, si vas a seguir con ella, en tu caso tan legítimo, ya que te juegas tu propia identidad, te pido, por favor, que no me apees de ella.
No me des las gracias.

Un fuerte abrazo a todos