martes, 1 de marzo de 2016

Todos los días la gloria en la puerta de tu casa


Faenas de ensueño en el albero de casa.
¡Pero qué arte tiene el maestro! Romanín. El "Niño de Anteportalatina"
La afición le contempla entregaíta bajo el benigno parral berraqueño.
Son las 6 de la tarde, las 6. Él frente a la fiera que escapó de varas.
Solícito nos muestra los mejores apuntes de su repertorio, dibujado con el capote: verónicas imposibles, portentosas chicuelinas y cómo no, su más famosa la porta gallola (así tal como el "pirata" perdió el ojo) a la cual debe su nombre artístico.
Luego, después de templar, besa la bota que le hace soñar. Ese caldo bendito de la Sierra de Francia que su fiel sobresaliente tiende, trago que rebrota en su boca reseca por el polvo. Escupe al suelo y se arma decidido con la muleta.
Por naturales consuma el faenón.
-Dejaíme sólo!! nos grita 
Ahora toca acertar con el estoque, la suerte suprema. Nos deleita veramente con su arte de entrar a matar: la técnica del "volapié" muy refinada, la misma sutileza de los pasos de su idolatrado Cúchares, el que preside el salón de su noble casa.
Cúchares no recibió una corná en toda su vida laboral y murió escuchando boleros en La Habana ¡como un marqués!
Todos los días la gloria en la puerta de tu casa.
¿Qué más quieres Román, tú eres el más grande?

Bravetas y acertijo, al revés



Va ya al bar cenas sobrado,
de vuelta al bar Tolo, mojado.
Y mea -parece- un Prelado tostado,
un tal Duque empalmado
-----------------
 Santo y villano
voy de bar en bar
del Vaticano
salgo hasta El Palmar
------------------
 Dios me ponga
donde haiga.
Lo demás,
de mi cuenta caiga
----------------
El deseo,
hermoso hace lo feo
----------------
Sombrero me da el rey,
cuando no tengo cabeza