miércoles, 26 de octubre de 2011

El río



Grecia 2011


Salíamos del agua como si fuéramos antorchas humanas, de la evaporación, por la diferencia de temperatura con el exterior.

Alrededor de las ocho de la mañana, en invierno, dos veterinarios de Astorga, mi padre y yo, que tendría 16 ó 17 años, nos metíamos en el agua del río Tuerto desnudos, dábamos un corto nado y salíamos a la escarcha del suelo y al bajo cero de la atmósfera. Echábamos una carrera  para calentar y sacudir el agua y las huellas en la escarcha humeaban también. Algunos días hubo hielo en las orillas del río. Pero entrábamos en calor rápidamente.

Empezamos a bañarnos en el verano y seguimos haciéndolo todo el año, incluso los días que nevó. Baños muy rápidos, entrar y salir, pero todos los días. Uno de los astorganos se rajó en enero, cuando ya había pasado lo más difícil. Fue el único que cogió un catarro ese invierno.

Después del baño desayunaba e iba al instituto en bici y con varios grados bajo cero sudaba.

Mi padre se había curado de tuberculosis en los años cuarenta, antes de la penicilina, con tratamientos de hidroterapia de ese estilo.
Puedo asegurar que es un recuerdo inolvidable que es lástima no haber repetido, y que aconsejaría a quien tenga fuerza o voluntad y desee fortalecerse. Pero ha de hacerse como expliqué y en presencia de alguien, porque, como todo, tiene sus riesgos: puedes quedar petrificado en hielo y ¡a ver quién lo rompe!... .

Al año siguiente nos rajamos los cuatro allá por los Santos.

Salud y calor.

Barbarómiros.

2 comentarios:

  1. закаливать...
    закаливать тело — templar el cuerpo
    закаливать здоровье — fortalecer la salud
    закаливать волю — templar la voluntad

    закалиться
    1) (о стали) estar templado
    2) перен. endurecerse (непр.), templarse
    закалиться в боях — aguerrirse

    закаляться!!
    Esta era una canción de komsomol que cantábamos en mi temporada en el Koljoz, una canción abrupta que hablaba de las virtudes de fortalecer el cuerpo y también la voluntad, tan de mañana y después del baño.
    Precisamente, recuerdo el prodigio que tú mencionas. Salíamos de la sauna rusa como pollos desplumados al exterior, con una temperatura morozh (por debajo de 0º) Allí había instalada una pequeña alberca cuya capa superficial estaba congelada. En ella se practicaba una abertura y así, según salíamos, como adanes, hacíamos breves inmersiones, para volver rápidamente a la sauna. Era un verdadero placer, nunca vi a nadie resfriado ese invierno. Entre sesión y sesión, nos tumbábamos en palestras de madera y nos fustigábamos en la espalda con ramas de roble, también jugábamos al ajedrez.

    с легким паром! Que te siente bien el baño!!

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  2. ¿Y después de la fustigación, aiiisss, tan erótika, no había mais?
    Salud.

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