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Residencia Cabrerizos, con sobrino grande |
Ahí está, postrada, en residencia de mayores y desvalidos. Aquel fue un buen día, después de todo, de una mujer que nació para vivir la vida. Hoy está asida a la silla y a la sonda gástrica que la nutre. No habla, brama. Se le nota cansada de esta puta vida. El cura Domingo, buen nombre para trabajar los días festivos, viene a consolarla, le ofrece la cruz para que sea besada, cuando ella ya vive en la cruz; le absuelve de los pecados preventivos. ¿Pero qué pecados puede cometer un ser así??
Ay, domingo, domingo...¡qué negocio este de las almas!!
"Ay, linda amiga, que no vengo a verte,
tu cuerpo garrido se lo lleva la muerte"
Anónimo s. XVI
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