¿Serbal de cazadores? (Lo descartamos, parece ser un Espino de fuego...) El Güelmo. San Justo 2011 |
Hojas y frutos silvestres del otoño. No siempre es fácil identificar las especies, y del Serbal hay variedades de jardinería como ésta que plantean dudas.
Me cuesta trabajo reconocer las hojas redondeadas, que casi tienen más parecido con las del Saúco rojo, aunque se ven muy coriáceas y aquellas son puntiagudas y algo aserradas. Claro que también las de nuestro Serbal rojo o de cazadores son más afiladas que las que vemos aquí...
Definitivamente, los frutos del saúco son como pequeños racimos de uvas y creo que nos dan la clave. Los frutos de los Serbales son como peruyos o manzaninas, se ven los culos azulados de éstas.
Pero no tuve la precaución de abrir uno para comprobar si tenían tres semillas como los Serbales.
Con todos ellos, ricos en vitamina C, se preparan mermeladas, pero una vez cocidos y sin semillas, porque crudos son venenosos, verdes o maduros. E incluso la obtención del dulce debe ser dirigida por un experto.
Las dos especies tienen aplicaciones conocidas en la medicina tradicional, si bien es el Saúco común, de uvillas negro violáceas, que en Asturias llamamos Benito, y en otros lugares Sabugo, Bento, Bendito..., la variedad más usada. La flor del Saúco es un lugar común de los tratamientos naturales conocidos desde antiguo, muy relacionada también con los mitos de la Europa occidental o el culto a los muertos. Era considerada planta milagrosa por la creencia popular.
En honor a la fantasía y al juego ahí tenéis una versión más alucinada de los frutos.
Psiquedelia otoñal León 2011 |
La variedad de frutos rojos otoñales bien merecería una miniserie.
Tenía fotos que extravié de los del rosal silvestre que llamamos escaramujos, agavanzas y, en mi pueblo, Tapaculos, de color más anaranjado que coralino, pero lujoso en todo caso.
También se hace con ellos una mermelada muy rica y fina. Mi intención de hace días hubiera sido hablar de este arbusto tan común y popular.
Pero habrá más otoños y con paciencia y fatiga se la metió el elefante a la hormiga.
¡Salud, buen provecho y mucho color!
Ramiro.
Me asombra Vd. con sus conocimientos, aprendo. Todas sus explicaciones me parecen válidas, y se me plantean las mismas dudas. Estoy dispuesto a jurar todo lo que Vd. diga.
ResponderEliminarBesos, esta vez besos.
Nos iremos a Elada, si despegan los aviones
Gracias, ¡ya te leíste el "Tractatus de adulatione", del Zegrí, eh pillín!¿O era Tratactus? A perro viejo no hay cuscús...
ResponderEliminar¡Que envidia, i Ellada mou!, mañana te pongo una canción aquí.
Besos, sí, para todos.
Ntaksi!! tha sou perimeno...
ResponderEliminarAyer subi monte grande por La Garganta hasta Hoya Moros, lugar sagrado del hielo antes negocio. Bien, el caso que ví los serbales de cazadores, y cazadores serbiales,
Hice la prueba psiquedélica y concluí que lo que muestras de El güelmo no es serbal. NO
Los besos que me mandas me los quedo yo. Oi kores mou, oles tis tris, poli skliri mai mena (sólo me entiendo me tin mikritera)
No sabía con seguridad qué especie era, yo también dudaba que fuera de cazadores, por eso la interrogación. Creo que se trata de una variedad de jardinería del Espino de fuego.
ResponderEliminarCalma, file mou.
Salud.