León , diciembre 2011 |
Buenos días. No tenía previsto entrar hoy por falta de tiempo para escribir, pero la foto me ayudará a no sentirme culpable por ver ya dos días de ausencia en la imagen que sale del blog en Psilicosis.
Trataré de hablar de este tema con más extensión en otro momento. Hoy sólo recordar que estos espacios soleados que reunían a veces en el invierno y en otras épocas frescas del año a las personas, mujeres sobre todo, y niños pequeños que aún no iban a la escuela, pero también ancianos, donde se ventilaban noticias mientras se cosía, se desvainaban unas alubias o se arreglaban las madreñas, son ya lugares del recuerdo.
Doy por hecho que en pueblos pequeños de toda la península se sigue conservando la costumbre, pero cada vez menos. En muchos sitios las solanas estaban en las plazas, pero cada lugar abrigado y soleado podía convertirse en un espacio comunitario. Tres o cuatro vecinos charlaban amigablemente sentados un ratín al sol en una rinconera o junto a una pared caldeada.
Era también otro el ritmo de la vida.
Salud y calor.
Ramiro.
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