domingo, 5 de febrero de 2012

Garranzo, la aldea de los loros amaestrados



Garranzo, una de las aldeas abandonadas de Enciso, quedó sin almas a finales de los años 60. A su hayedo vinieron a repoblar una bandada de loros cojos que resultaron ser anthropófilos. Está mal decirlo pero este mozo felón quedó prendado de me. La separación fue muy dolorosa.
Yo le dije que le haría un rosario con sus dientes de marfil.
Él me replico que con mis ojos pendientes de bola me haría.

Garranzo
Prima vagada arribo a la aldea, 
el ochenta empezado, 
noche fuera, estrellada,
a pernoctar vime obligado. 
Las almas que lo habitaron 
sus enseres dejaron,
casas vacías silentes, 
ropas usadas, frascos, 
corrales desamparados
cuadras de ciemo llenos
y útiles sin dueño.
Del camastro en el que dormí 
amanecí pulgado, 
prima lección del aventurado.
"No duermas en camastros abandonados, 
apodéransete sueños ajenos 
y amanecedes pulgado". 
Por la mañana frotéme mucho en la cascada 
y la ropa espulgada, desayunado. 
Monté al hayedo somero 
siguiendo merina cañada,
me quedé atónito atóntito 
con los loros de Phasis que lo poblaban. 
¡Felices aves del paraíso fugadas!
Una fuente garagantúa borbotoneaba,
ya rauda la primavera clara. 
En el alto avisto Valdemoro 
un hito con epigrama.
la muga de los pueblos, mudanza 
que los ganados marcaba.
Corrillos de senderuelas 
y prímulas que lo rodeaban.

4 comentarios:

  1. Mucha licencia poética ahí, paézme a mí, ¿hay senderuelas en este tiempo?, no serían psilocybes o paneolus, esos que crecen sobre las boñigas de las vacas, que llamábamos bonguis en tiempos jipis?
    Las primaveras no digo que no.
    Más coincidencias. Aunque en la adolescencia también me dió por amaestrar cernícalos lagartijeros, se me ahogó uno en una vieja lavadora de carga superior -debió meterse a beber y allí quedó-, y abandoné la doma.
    Por cierto, yo no dejaría al loro, con ese pico, felar más abajo. Pero ya veo que eres osado.
    Y por último qué decir de Garranzo. Habiendo pueblos así, guapísimos, abandonados, le da a uno por pensar en las falsedades de las crisis, ¡que coño de crisis ni qué mi madre!. Las verdades también las sufrimos, ración doble.

    Salud. Ramiro.

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    Respuestas
    1. Por el final. Con la crisis mentirosa habrá en verdad que pensar en un serio decrecimiento, lo mismo con el miembro felado, sin psicotrópicos.

      Salud, salud, cantábamos jipis cuando hicimos nuestra la aldea por Santiago apóstol. Y seguía:
      Venid, venid, la fábrica os va a matar...
      La república duró lo que dura una luna.

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  2. Ahora me explico lo de frotarte en la cascada, estaba viéndote rodeado de nieve y carámbanos y a la rusa de tu primera juventud azotándote las nalgas para calentarte. ¡Uuuuyyyysssss!...

    ¡Sitúa la acción
    y no nos hagas caer
    en la tentación!

    Salud.

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  3. Fue prima primavera, eso está claro situado. Carámbanos y compañías son frutas de tu caliente imaginación. Ya quisiera yo entonces virgoamante...

    Louky louk

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