El tiempo de asueto que mi trabajo dispone ha sido empleado de forma generosa en leer su sentencia. De cabo a rabo y con temple. 16 foleos, 16.
Todo un maravilloso ejemplo de alta literatura.
Me encanta el derecho y su argumentario, ¡¡qué formalidad, qué precisión, qué pulcritud!! Es un género literario insuficientemente reconocido y de cuyo ejercicio se obtienen notables ventajas que repercuten en el manejo de la pluma y te habilitan para tratar con el mismo lenguaje voraz que la administración emplea.
No presta ni permite ejercicio de imaginación, es cierto; a lo más indicios o suposiciones que tienen que venir avalados por hechos. Todo lo superfluo, todo lo que no conduzca a algo probatorio resulta ser inútil.
¿Cómo se desgrana la trama? ¿cómo se explican las cosas? ¿por qué unas valen y otras no? .
Detalles, aspectos, regodeos casi concupiscientes y vericuetos legales...
En fin, yo veo que las cosas de verdad -donde está la pomada- se gana en los juicios. Por alguna razón EE.UU. es el país de los pleitos y los abogados; sin embargo en nuestro país el pleito tiene muy mala prensa, debido a nuestro característico complejo de quijotes. El abogado es tachado de picapleitos de forma muy despectiva.
Bien, por hacer ya chanza y chacota, le digo:
cuando quieras te doy una charla jurisprudente con los no considerados aspectos médico-festivos de la cuestión. Darían lugar a otros 2 ó 3 foleos.
Y, por supuesto, los aspectos jubiloso-celebrativos
No cabe duda, tú tienes que invitar , ¡y bien bien! Entiende que nos tenías mal acostumbrados con las humillaciones y ofensas recibidas y nos tenemos que resarcir todos aquello que todavía increíblemente te estimamos molt y que no son muchos desde que te fuiste con PP Isbert.
Y otra más, relativa al comentario en "El mundo de Canela":
Que bueno nos es dado
haber lugar en solaz,
un ver-despacio contemplar,
haber un huerto recoleto,
un paraíso despistado.
Hallar una cantina luego,
nos diría Alvaro Cunqueiro.
Un convento procaz
un can leal hortelano
y un canalla, compañeiro!
(y tú, humillado,
no te ofendas
que has ganado,
toda vez que el juez,
por tí, ha fallado!!)
Todo un maravilloso ejemplo de alta literatura.
Me encanta el derecho y su argumentario, ¡¡qué formalidad, qué precisión, qué pulcritud!! Es un género literario insuficientemente reconocido y de cuyo ejercicio se obtienen notables ventajas que repercuten en el manejo de la pluma y te habilitan para tratar con el mismo lenguaje voraz que la administración emplea.
No presta ni permite ejercicio de imaginación, es cierto; a lo más indicios o suposiciones que tienen que venir avalados por hechos. Todo lo superfluo, todo lo que no conduzca a algo probatorio resulta ser inútil.
¿Cómo se desgrana la trama? ¿cómo se explican las cosas? ¿por qué unas valen y otras no? .
Detalles, aspectos, regodeos casi concupiscientes y vericuetos legales...
En fin, yo veo que las cosas de verdad -donde está la pomada- se gana en los juicios. Por alguna razón EE.UU. es el país de los pleitos y los abogados; sin embargo en nuestro país el pleito tiene muy mala prensa, debido a nuestro característico complejo de quijotes. El abogado es tachado de picapleitos de forma muy despectiva.
Bien, por hacer ya chanza y chacota, le digo:
cuando quieras te doy una charla jurisprudente con los no considerados aspectos médico-festivos de la cuestión. Darían lugar a otros 2 ó 3 foleos.
Y, por supuesto, los aspectos jubiloso-celebrativos
No cabe duda, tú tienes que invitar , ¡y bien bien! Entiende que nos tenías mal acostumbrados con las humillaciones y ofensas recibidas y nos tenemos que resarcir todos aquello que todavía increíblemente te estimamos molt y que no son muchos desde que te fuiste con PP Isbert.
Y otra más, relativa al comentario en "El mundo de Canela":
Que bueno nos es dado
haber lugar en solaz,
un ver-despacio contemplar,
haber un huerto recoleto,
un paraíso despistado.
Hallar una cantina luego,
nos diría Alvaro Cunqueiro.
Un convento procaz
un can leal hortelano
y un canalla, compañeiro!
(y tú, humillado,
no te ofendas
que has ganado,
toda vez que el juez,
por tí, ha fallado!!)
Aunque no todas son así, amigo. Recuerdo la que "me" motivo este mi recurso de "suplicación", allá por el mes de marzo de 2011, que no había por donde cogerla desde la primera página (o folio, como gustes elegir), y me produjo tales arcadas que no pude por menos que apaciguarme con el "recurso de suplicación".
ResponderEliminarCreo que porque conocemos el "caso de mi caso" de este "proceso proceloso", nos resulta más clara de entender su lectura: desde el lunes que me la entregaron, la leo cada día sin dar crédito a lo en ella escrito y, como tú, me maravillo de su pulcritud y buen tino en la elección de las palabras y giros (¡pachasco!: estamos hablando de una sentencia favorable al que suscribe, Humillado y Ofendido :-))...
... de todas formas, toma nota de esta anédocta. Hablando hoy con el abogado laboralista que lleva mi caso, me dice que sienten que se van a quedar sin trabajo. ¿La razón? Pues que con la "profunda" reforma laboral (verdadero golpe de estado económico, añado yo), ya no va a haber derechos por los que reclamar. Lo dicho, un verdadero golpe de estado económico.
Bien dicho!
EliminarMás, sin derecho,
no hay que defender derecho.
Ergo, por derecho,
habrá que defender torcido