miércoles, 4 de abril de 2012

Una albóndiga, una ilusión


La ilusión rabiosamente persistente

Una tarde en el paseo me encontré una corza en El Espinar
Regresaba por la vaguada y quedó parada como estatua de sal.
Nos miramos a los ojos un instante interminable…
Al cabo crujió una rama, marchó brincando y la seguí hasta que se perdió de vista. 
Pensé en la parábola de la corza herida y decidí seguir mi camino sin mirar atrás.

 (El Espinar, 19 de setiembre de 2007)

3 comentarios:

  1. ¡Mal hecho!...

    Vuélvete paloma
    que el ciervo vulnerado
    por el otero asoma
    al aire de tu vuelo
    y fresco toma...

    Yasu!

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    Respuestas
    1. Muy atinado y muy oportuno, monje!!

      S´agapo.
      Yasu stin Pasja!

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    2. talmente con Ps
      jasgerrrrfrusteng jasptja !!
      ( uiss... no lo pude evitar)
      pk

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