El éxodo que azota nuestros talones y penetra en nuestras carnes magras.
No lo queremos ver porque los muertos de mañana entierran a los de hoy en el telediario y todo se olvida o banaliza mientras continua la penosa marcha de los que a nuestra puerta llaman.
El mar que fue de la civilización hoy es el de la vergüenza, por los conflictos que creamos y sin duda alimentamos.
Me muero de vergüenza por todo lo que hicimos y ahora no hacemos en la raptada Europa.
Pero el nivel del mar sube y nos ahogaremos con los sirios, irakíes y afganos.
Me muero de vergüenza pero sigo andando hasta Finis Terrae donde el éxodo gozoso que arriba es el de los estómagos bien alimentados. Como el mio.
Skopye. Makedonia |
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar