En Arnedo, un localismo, a las granadas les llamaban "mengranas"
Recuerdo en mis correrías con el "Gorgon" (que en gloria esté, murió por arma caliente) y otro zagal muy chiquito pero con gran técnica futbolística del que recuerdo su nombre, "Vito", y su procedencia, de Tudelilla, íbamos de garulla, por este tiempo, a las "piezas" (otro localismo) del Raposal, por detrás de la gasolinera que llevaba a las Revueltas, a la salida de Arnedo, camino de Logroño. Había muchas y tupidas cañas, pues bajaba una yasa, pero además había unos granados cojonudos.
¡Qué ricas sabían! Creo que el dulce robo nos llenaba de gozo, acrecentaba su sabor. Salíamos con cara y manos tintadas y pegajosas. Regresábamos, ya de noche, por detrás del Castillo, a Sta Eulalia, la iglesia más antigua de Arnedo. Desde allí partía un Vía Crucis que moría justamente en el Calvario, rodeando tode el casco viejo de Arnedo y pasando por la Peña Logroño, las Eras y la Fuente de Santiago, donde saciábamos nuestra sed y nos lavábamos.
Por allí, por cierto, vivía el añorado Gorgon, por encima de las "cuevas del riojano" (mesón-taberna que fue famoso durante los 70) en una casa cueva donde todavía viven sus afligidos padres. Su madre me quiere mucho, su padre ya no me recuerda, por el Alzheimer.
Recuerdo en mis correrías con el "Gorgon" (que en gloria esté, murió por arma caliente) y otro zagal muy chiquito pero con gran técnica futbolística del que recuerdo su nombre, "Vito", y su procedencia, de Tudelilla, íbamos de garulla, por este tiempo, a las "piezas" (otro localismo) del Raposal, por detrás de la gasolinera que llevaba a las Revueltas, a la salida de Arnedo, camino de Logroño. Había muchas y tupidas cañas, pues bajaba una yasa, pero además había unos granados cojonudos.
¡Qué ricas sabían! Creo que el dulce robo nos llenaba de gozo, acrecentaba su sabor. Salíamos con cara y manos tintadas y pegajosas. Regresábamos, ya de noche, por detrás del Castillo, a Sta Eulalia, la iglesia más antigua de Arnedo. Desde allí partía un Vía Crucis que moría justamente en el Calvario, rodeando tode el casco viejo de Arnedo y pasando por la Peña Logroño, las Eras y la Fuente de Santiago, donde saciábamos nuestra sed y nos lavábamos.
Por allí, por cierto, vivía el añorado Gorgon, por encima de las "cuevas del riojano" (mesón-taberna que fue famoso durante los 70) en una casa cueva donde todavía viven sus afligidos padres. Su madre me quiere mucho, su padre ya no me recuerda, por el Alzheimer.
No es la cueva del Gorgon, pero no lejos de ella |
Hablando de granadas y de curas, también nosotros las cogíamos en los alrededores de Gerona, Sarriá de Ter, donde servían de cerca casi como arbustivas, en los tiempos del seminario, el Aspirantado, ¡hay que jodese!, y volvíamos con una bolsa llena que nunca conseguíamos que nos durara más de dos días, ¡sucumbíamos a la ansiosa gula!. Por cierto, ¿pecado mortal, no?.
ResponderEliminarEn las fincas granados
y en el monte madroños
y en la casa del cura
lo que sobran son oños
Era lo que cantaba por lo bajini cuando volvíamos al colegio...
Salud.
Ramiro.
lo que sobra son.... moños, no?
ResponderEliminarYo no aspiraba a nada, pero los curas si que aspiraban.
Los cabrones me querían llevar al seminario de un modo artero
Es curioso, pero el cura Cuevas me llevó a la cueva. La última vez que fui a este pueblo de la Rioja Baja, me encontré con él, muy mayor, y coincidimos en el tanatorio, No creo que recordara esta anécdota, en la que ya me explayaré.
Salud. Ramiro
No, no, ¡coños!, y otros que riman con los. Pelo y pluma respectivamente o viceversa, no estoy seguro, que soy bisexual antes que fraile.
ResponderEliminarVaya lugares para encontrarse y recordar, la vivienda rupestre de un moribundo, el Ideon Andrón casero, y un tanatorio. ¡Anda que también tú las buscas! ¿Y la becicleta no aparez, ho?
Abrazos.
Ramiro
¡Peor para ti si el Cuevas te lleva al Huerto...de los olivos!
ResponderEliminarPero parece que este Cuevas no era de esos abusones. Me alegro. Salud.
ResponderEliminar