sábado, 21 de enero de 2012

Korinthiakos Kolpos


En la costa de Diakoptó
el mar breve sus fuentes derrama
y en las cumbres del Parnaso
se asoma fundida la nata.
Profundas heridas al paso
que cada garganta despeja,
abriendo caminos sensatos
abanicos de olivos y huertas,
y helénicos naranjos.


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