A P.
Algún día nos acordaremos de esta hora robada
que cae a un cesto perdido,
por más que nos la devuelvan en el próximo equinoccio.
En aquél trance reclamaremos esa hora de vida,
ese segundo que pasa por nuestra conciencia sin avisar.
La reclamaremos para hacer lo que no hicimos,
para decir lo que no dijimos,
para amar lo que no amamos.
Sentiremos que la vida se nos marchó en un suspiro,
que fue un impulso sin apenas sentido,
que probablemente estaba dentro de una obra superior.
Dejamos en la trastienda todo el equipaje baldío.
Donde vamos
volveremos a estar desnudos.
Sin tiempo.
Estamos líricos, bien.
ResponderEliminarSalud.
pírrikos, más bien
ResponderEliminarSalutem FAC ksaná
asturianos de pereza
¡Ah!
Eliminar¡El tiempo!
Somos los únicos seres vivos que tenemos conciencia de esto que damos en llamar el tiempo, no sé en qué momento fuimos capaces de asociar el deterioro de nuestro cuerpo con el paso de los días y llegamos a la conclusión de que el paso del tiempo era algo que no podíamos controlar, entonces: nos entro el pánico
Nos inventamos el pasado, el presente y el futuro
Nos inventamos las horas, los minutos y los segundos
Nos inventamos como “valorar” la calidad de nuestro tiempo
Pero el tiempo NO existe
Pero esto ¿Qué más da?
En una sociedad dominada por el miedo institucional, donde se nos impone un horario para el trabajo, otro para comer, otro para el ocio, uno más para retozar con nuestra pareja…..
Donde se nos ponen y quitan las horas del día, amparados en el miedo al despilfarro
Donde nos han convencido de que el tiempo es gestionado por los organismos oficiales
¿Qué podemos hacer?
¡Pues ejercer nuestro derecho a ser libres ¡
No hay mayor libertad que la de gestionar nuestro propio tiempo, es decir, decidir con qué espíritu queremos vivirlo
Aunque este bajo siete llaves en un cuartucho inmundo, NADIE, podrá imponerme la forma que voy a vivir ese tiempo, porque mi tiempo es mío. (Y ellos lo saben, por eso intentan atemorizarnos continuamente)
Ya no me pre-ocupo de lo que será mi futuro
Ya no me interesa que fue del pasado
Solo el presente efímero me atrae, en ese minúsculo palpitar pongo toda mi energía, todo mi amor y agradecimiento por las bendiciones recibidas.
AMEN. Un amén bajo. Así acabó nuestra voz en el Stabat Mater lakrimosa cantada el otro sábado en el Convento. Todos tonsos
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